Vida mala, la lanza del destino,
si me paras no la atino así que dejame que apunte,
que llevo un litro larios y voy gritando que me la chupe tólbarrio,
miraba como moriamos juntos y tristes.
Bonita como un amanecer desde el mirador,
cuando el alcohol es el único plan,
EYO, locos low cost, voalá,
cosiendote las manos al sofá de la mansión con vistas al mar.
Mirame en el alma los lingotes de oro blanco que guardo justo debajo de la cama,
escondeme el cristo de mama,
que como venga la guardia me van a fusilar delante de mi chama.
Encerrado en el templo de Salomón, aquí no me sirve el tesoro,
no están en mis zapatos, no están en mi vida, por eso no comprenden porque lloro.
Cataratas por los muros de mi habitación,
horas mirando al techo sin pensar en nada,
no sé si es verdad o es una ilusión,
porque el tiempo ahoga como una boa enfadada.
Pidiendo un poco de paz en mi vida, osana,
osana en el cielo osana en la tierra,
agujeros de gusanos entre mis manos,
se acordarán de mi... Morire en combate aunque me lleve la guerra.
Escupo veneno pá los niños venenosos,
no se puede hacer más groso.
Escupo veneno pá los niños venenosos,
no se puede hacer más groso.
Bed and breakfast, dormidos en aeropuertos,
porque el mundo es nuestra casa, porque yo soy nuestra casa.
Con las piernas cansadas, vivimos corriendo...
Pero no llegamos a ningun lado, en eso se basa.